En el III congreso de Educación Inclusiva estuvimos conversando Toni Solano y yo sobre la importancia de ayudar a crear bienestar emocional en los centros.
Los centros educativos son microcosmos en los que pasamos buena parte de nuestra vida. ¿Es relevante que sean espacios en los que queramos estar? ¿Cómo podemos conseguirlo?
Si algo ha puesto de manifiesto la pandemia ha sido la necesidad de hacer que los centros educativos sean entornos de bienestar.
En primer lugar, hablamos en esta conversación del bienestar docente, de la relevancia de cuidarnos como docentes. ¿Qué significa instaurar la cultura de los cuidados? La primera regla es siempre, escuchar. Especialmente importante es que los equipos directivos tengan las puertas abiertas, dispuestos siempre a escuchar. Como bien dice Toni, ‘un profesor contento, 150 alumnos contentos’. Escuchar y reconocer el trabajo de todos, visibilizar lo mucho que se hace en los colegios y en los institutos. Crear entornos para compartir lo que hacemos, para poner en valor nuestro trabajo.
¿Y el bienestar de los alumnos? Hoy, más que nunca, nuestros niños y niñas, nuestros jóvenes, necesitan que se les escuche. Necesitan sentirse seguros, sentir que forman parte, que participan y, sobre todo, que aprenden. Porque no hay accesibilidad emocional si no hay accesibilidad cognitiva. Por eso es tan relevante utilizar formas de trabajar que no los dejen fuera, trabajar situaciones de aprendizaje con sentido para los estudiantes, que conecten con sus experiencias, con lo que saben, que tengan valor social. Aprendizajes que desarrollen competencias. Metodologías que permitan que todos los alumnos nos quepan, tanto quienes tienen más dificultades para aprender como quienes tienen altas capacidades. Para que todos sientan la emoción de aprender, elemento esencial de bienestar.
¿Y qué decir del bienestar de las familias? Puertas abiertas, tiempo para compartir con ellas preocupaciones y sueños. Especialmente en los institutos donde la presencia de las familias es, lamentablemente, mucho más ocasional que en Primaria, y por supuesto que en Infantil. Puertas abiertas para escuchar sus preocupaciones, para aplacar los miedos, para que se sientan reconocidas. Acompañarlas, tranquilizarlas porque están en buenas manos.
Y siempre, prestar atención a las palabras que decimos, porque las palabras crean realidades.
El bienestar emocional es hoy más necesario que nunca y se construye día a día, paso a paso. Ojalá esta conversación dé alguna idea que nos ayude a avanzar hacia esos centros inclusivos, coles e institutos a los que los alumnos quieran ir y de los que las familias se sientan orgullosas. Coles e institutos en los que los docentes nos sintamos razonablemente felices.
Por último, añadir que las Administraciones han de escuchar, acompañar, estar presentes, facilitar la participación de los centros y dotar de las condiciones para que nuestros alumnos, nuestras alumnas vuelen alto. Porque la Educación es responsabilidad de toda la sociedad y las casas no se empiezan por el tejado.
Todas las ponencias del III Congreso de Educación Inclusiva están disponibles aquí. Merece la pena verlas ;).