Hay una flor… creo que me ha domesticado…
… No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo…
El Principito. Capítulo XXI
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Tú eres grande porque yo te veo grande.
Siempre ocurre así, piénsalo. Te gusta estar con esa amiga porque a ella, también, le encanta estar contigo. Porque para esa persona eres un ser singular, único.
Y también sabes que no hay forma más eficaz de destrozar un grupo o de acabar con una relación que hacer un comentario que siembre la duda en alguien de la sinceridad de tu afecto, un “pues no parece que sienta lo mismo” o “no recuerdo las palabras exactas pero su cara…”. Así, tan simple. Has inoculado el germen de la desconfianza, del desamor… Pero si tú dices “menuda sonrisa se le pone cuando te nombramos”, “siempre tiene palabras amables hacia ti”… Comentarios que lo cambian todo. Observaciones de las que depende tu bienestar personal y el mío.
Sabernos singulares o importantes para alguien nos llena de fuerza, y saca lo mejor de nosotros.
Pues de eso es de lo que quiero hablar. De la relevancia de que nuestros alumnos se sientan únicos para alguien. De crear lazos de afecto y de complicidad.
Crear redes de apoyo, one to one. Saberte responsable de otra persona, como Darley y Latané demostraron (1968), desarrolla comportamientos altruistas que pueden verse disgregados en el grupo, diluidos en lo que estos psicólogos denominaron “efecto espectador”, según el cual cuando más personas presencien y observen una situación de emergencia menos probabilidad hay de que alguien desarrolle un comportamiento altruista.
Hay muchos jóvenes capaces de desarrollar ese comportamiento altruista. Solemos poner el foco de atención en la prevención de la “violencia”, en los programas de “apoyo”, en acciones de “refuerzo”… Y, con nuestra mejor intención, denominamos por lo que nos falta, por lo oscuro. Nombramos desde las debilidades. Así la OMS, UNESCO, ONU denominan a sus Campañas Mundiales de Prevención de la Violencia… Efectivamente, incluyen medidas relevantes pero se presentan bajo una denominación que focaliza en los rincones sombríos. Probablemente ha de ser así en la mirada global. Pero desde la mirada cercana, convendría modificar la perspectiva.
Demasiadas veces ponemos el foco en alumnos “disruptivos” en quienes se han puesto la careta de “matones” o de “matonas”, en quienes parece que te perdonan la vida. A ti, su profesor, y a los amigos que eligen. Pero en todos los colegios, en todos los institutos, hay muchos chavales que con frecuencia pasan desapercibidos y tienen una fuerza arrolladora. Dales el poder. Súbelos a un podio y enciende sobre ellos un gran foco que los ilumine. Haz que todos los vean. Porque esconden un superhéroe, una superheroína.
Esas chicas y esos chicos voluntarios demostrarán sus superpoderes cuando salgan al patio y se aseguren de que “su pequeño” tiene amigos, observen que es amable con ellos, que no llega tarde a clase o, incluso, anota en la agenda sus tareas. Y así, quienes pasan más desapercibidos o solo destacan por lo que no son, sabrán que tienen unos ojos que los miran con afecto y les hacen sentir únicos. Y puede que crezcan más felices y quizá hasta se animen a trabajar. Pero de la creación de esas parejas hablaremos otro día.
Quizá podemos empezar por poner el foco en esos chicos y chicas valientes y generosos. Y por hacernos alguna de estas tres preguntas:
- ¿Suelo alabar en público los comportamientos valientes y responsables de mis alumnos, sin establecer comparaciones con otros?
- ¿Sonrío a mis alumnos?
- ¿Señalo lo positivo que han hecho en vez de marcar lo negativo?
¿Cuál es tu experiencia? ¿Qué otra pregunta añadirías?
Hola ! Muchas gracias por este gran blog.